En Josep Wehrle, autor de los TRES REYES, sota el pseudònim de “Bonifaci Gandul”, era fill d'un rellotger alemany. Va néixer a Lleida el 23 de gener del 1843. Segons explica el seu fill, Manuel Wehrle, va tenir un gran amor a la seva ciutat de naixença tot i ser català per casualitat. Va escriure “Los tres reyes” a Madrid, el mes de juny de 1875, per fer broma entre els amics de la seva tertúlia.


AL TOFOL

Amic Tòfol: Més de quatre es pensen que perquè som de Lleida no'n sabem de castanyola. Per a que vegin que s'erran he fet aquesta comèdia; que se la passin pels bigotis a veure si hi sabran girar la llengua, tant que xerren.

A tú que m'entens, a tú te l'encaro i tal com sigui pren-ho per una bona voluntat,

No'n diguis res a la Perança ni a la Xica, perquè ja saps que allí ahont se hi barregen dones, pasterada segura.

Salut i bona collita,

Fassi

Madrit, Juny de 1875.


LOS TRES REYES


Drama histórico – fantástico – caballeresco, en un acto y en verso castenallo, por


D.BONIFACIO GANDUL


PERSONAS:

Doña Violante. (Dama soltera. Con una piga al nas)

Don Diego...(Rey destronado)

Don Pedro...(Rey de Fraga. Con piga al nas)

Gutierres.....(Escudero)

La acción pasa en el castillo de las Doberias de Leyda y principia a boca de oscuro.



El pusto de los comediantes representa la sala de recibir del palacio de las Doberias.

Al fondo una puerta a cada lado y una mesa de tapito; a derecha lo que menos una puerta y a izquierda idem de idem. Cadiras, un se-lo-hace o confidente en primer término, escudo de armas, floritos, cascos, corasas y cosas de guerrero por aquí y por allí y otras frioleras, etc, etc.

Es un poquito de noche encara que se hace la funsión a la tarde y se iluminará con un salomón de Rey y demas.


ESCENA PRIMERA


(Don Diego y un poquito Guitierres). - (Don Diego asentado y meditemundo).


DON DIEGO: Tristes asientos que del alma brotan envueltos en el manto de la noche; inflamado volván, duro reproche que del pecho hasta el alma me rebotan. ¿Porquè, negra visión, asi te aumentas cuando falta de aquí la luz del dia y engrandece tu horror la pena mía con que de noche y día me atormientas? ¡ Apartate de mi! Oigo tus gritos que me acusan de fiero y de perjuro: ¡Apartate, visión! Sino ¡Lo juro! Huiré, aunque sea en calzotitos. (Pausita). La cabeza me arde, yo estoy loco a fuerza de tragar tanto vereno...... ¿No te alejas fantasma? ¿No? Pues bueno! ¿No te quieres marchar? Pues jo tampoco. (Da un golpe de puño a la mesa y se levante) Si tu horrible furor mi muerte fragua me parese que 'n tienes pera rato, que a mi no me la pega dengun chato y veremos quien lleve el gato al agua. ¡Gutierres! (lamiendo).

GUTIERRES: (Desde drento volviendo respuesta) ¡Señor!

DON DIEGO: Al punto presiéntate donde estoy, que te anesecito.

GURIERRES: (todo saliendo) ¡Voy!

DON DIEGO: Coje todo esto y junto (señalando lo que dice) lo dejas en mi armeria. La espada, el casco, el justillo, ( Gutierres lo va recogiendo) la coraza, el cachorrillo, la espingarda y la gumía. Nada más: hasta mañana; duerme bien y no despiertes. ¡Ey! Cuidado no te cuertes con la espada toledana,

GUTIERRES: señor, lo tendré presente. (se va con los chismes).

DON DIEGO: (con brío) Sin armas y sin coraza cual todos los de mi raza aquí está un hombre valiente. (Se siente grande ruido de pasos y corregudas. D. Diego se esconde de miendo debajo de la tabla y aparece D. Pedro, embozado por el foro de la derecha)


ESCENA II


(Don Diego amagado, D. Pedro dempues D. Juan)

D. PEDRO: Gracias al diablo que......(se repiensa) Parece que oí ruido....¿En donde y porqué habrá sido? (aparece D. Juan por el foro izquierdo).

D. JUAN: Buenas noches tenga usté (seco).

D.PEDRO: Dios os guarde, caballero, y si en vuestra casa estais ignoro porqué os tapais el rostro.

D. JUAN: Pues, porque quiero.

D.PEDRO: Soberbio estais, pesiamí, y tanto a sufrir no alcanza quien maneja espada y lanza.

D. JUAN: Esta es la pura varí.

D. PEDRO: Si la verdad conoceis mal cuadra vuestro talante, porque aquí, a vuestro delante, al Rey de Fraga teneis. (se desembosa)

D. JUAN: En vuestra busca, señor, vengo de Torrefarrera a cavall de una somera que m'ha dejao el rector. Vuestra gente se ha oponido parándome trenca-cuellos y a pesar de todos ellos y lo mucho que he sufrido hay llegado, Señor Rey, por más que tengais espada, soy de labor pelada y aquí os hay de hacer la lley. Con mucho afan os buscaba y al portal de San Antonio me daba con el demonio de ver que no os encontraba. Yo a las bodegas subí y a las buhardillas bajé y en todas partes noté que no hi ha res com lo vi. Conque ya veis la manera como a vuestro encuentro salgo; ¡alsa! Pues, si quereis algo salit a la carretera.

D. PEDRO:No logra por esta vez vuestro lenguage altanero que desenvaine mi acero por castigaros.

D. JUAN: ¿Pardiez! que vuestra paciencia es rara.

D. PEDRO: Serà lo que vos querais, pero ved que me insultais con el embozo en la cara y mi alcurnia me aconseja que, aunque noble y bien templada, no debo cruzar mi espada con aquel que no aconeja.

D. JUAN: Vuestro discurso es ladino y a pesar de vuestro alarde viendo estoy que sois cobarde.

D. PEDRO: (Traendo fuego por las muelas) ¡ Tosino, mes que tosino!

D. JUAN: Tened la lengua.

D. PEDRO: No quiero.

D.JUAN: Ved que caballero soy.

D. PEDRO: Dudando, a fé mia, estoy; que si sois un caballero ¿Porqué recatais el rostro?

D. JUAN: Porque soy de Mollerusa.

D. PEDRO: Algún pecado os acusa que así os guardais.

D. JUAN: Ved que arrostro la saña que en vos se mueve y no tratareis en vano de malsin ni de villano a quien a tanto se atreve.

D. PEDRO: ¡Vive Dios! que a lo que veo del empeño que mostrais, puesto que así lo tapais teneis el rostro muy feo. Pero ved que tengo mano para alzaros el embozo, que si sois un buen mozo buen mozo soy.

D. JUAN: Es en vano.

D. PEDRO: ¡Veámoslo! (Adelantándose cap a D. Juan)

D. JUAN: ¿Qué intentais?

D. PEDRO: (queriéndole destapar) Lo que vais a ver.

D. JUAN: (destapándose con remango) ¡Atrás! El Conde del Solerás es el que aquí viendo estais. (Pausita. Se quedan un ratito mirándose fito a fito como el pierro de casa cuando entra un gato forastero). Rey Don Pedro, os maravilla haber alcanzado la mano al valiente castellano del Tossal de Moradilla. Mas si teneis esforzada la mano como la lengua no debeis tener a mengua cruzar con él vuestra espada.

D. PEDRO: Y es la verdad, que es tan brava la furia que a vos me lanza que si tuviese una llanza ahora mismo os traspasaba. Noble sois y yo también, nada a la lucha se opone; pues la suerte lo dispone luchemos, me caso'n den! que yo os sabré demostrar que en mi pecho al combatir hay valor para morir y arrojo para matar. Yo impediré que se diga que un conde de mala ley ha vencido al noble Rey de la tierra de la figa, Aquí vereis a un león que en su indomable fiereza colgará vuestra cabeza debajo de su balcón para baldón y escarmiento del hombre que en torpe trama robó una noche mi dama para darme mas tormiento. Y aqui me constestareis donde la dama se esconde, pero sin mentidas, conde, que ya no me engañareis dantme garça per perdiu. Y acabo ¡voto a mi suegra! que tengo el alma más negra que'l moro de casa Guiu.

D. JUAN: ¿Habeis concleido?

D. PEDRO: Ci.

D. JUAN: Oid, pues, que al esplicarnos denantes de barajarnos me toca de hablar a mi (pausita y toce un poco). Lo primero , hais de saber, por más que el caso os asombre, que mi padre ha sido un hombre.....y mi madre una mujer. Cuando tenía tres años me llevaron a un convento, mas yo no estaba contento y fugí con tres compaños pèl mundo a probar fortuna y en dos meses que anduvimos toda la Europa seguimos siempre corriendo la tuna; pero quiso la desgracia cuando en Barcelona estuve me vió, la dida que tuve, por el Paseo de Gracia; y me conoció la endina, aunque entre si es o no es me volví el gech del rabés y me le giré de esquina. Que si quiero si no quiero a su casa me llevó y a mi padre le escribió que yo era zafranero. Me vino el padre a buscar y, viéndome tan doliente, me hace abrasar de repente la carrera militar; allí me hicieron sargiento y andando de guarnición mos llevaron al Cañón (Alcanó) con todo mi regimiento. Yo que ¿si? quina la harás¡ un dia por las racciones tuvimos unas costiones y decierto al Solerás. Y allí con toda la giente -aunque esté mal que lo diga- me hago Rey de la Garriga en cantón independiente. El pueblo a mi voz responde y con mis trasas y mañas en premio de mis hasañas me dan el grado de Conde, título de general, la gran banda de la Sila, la cruz de ca l'Agusila y 'l castillo del Tossal. Y desde entonces acá de una en otra victoria tengo más brillante historia que 'l barret del vell Xuclà. El más valiente en la guerra y más que no pas el Cit, encara no digo "tit" tot diosde morros por tierra. Yo soy aquel que bajé a los quintos llinfiernos y l'hi mossegué los cuernos al hijo de Llucifé. L'impaciente sin espera que a donde tenga que anar per mor de no trucar pasa per la gatonera. Soy aquell que per puntillo -hace tres años por Pascua- la padrina 'm va fé una mona y no la vay anâ a buscâ. El Conde del Solerás al que el peligro no arredra, el que tirando una piedra pasa el rio a devall bras. Aquell que sense temô a la Trudes l'hi diu boija y grita: "¡gorreta roija!" a 'ls bous del escorxadô. Quien de más nobleza usa, el más cumplido galán, en fin: el Conde Don Juan natural de Mollerusa.

D. PEDRO: Todo esto es un bromaso. (Xotiéndose)

D. JUAN: Bien, hombre, como gusteis; digatme lo que quereis mientras no 'm digas pedaso.

D. PEDRO: ¿Habeis hablado bastante de vuestras historias?

D. JUAN: No. Ahora saber quiero yo donde està Doña Violante,

D. PEDRO: ¿ Cuala Violante ? (estrañado).

D. JUAN: Jo't xot ! la que vos me habeis robado.

D. PEDRO: Vos sois quien me l'ha afanado. (volviendo la pilota).

D. JUAN: (blaido) ¡ Ira de Dios ! quin pebrot ¿No me direis donde está?.

D. PEDRO: Un servidor no lo sabe.

D. JUAN: Mayor mentida no cabe; pero concluyamos ya. Inducido por mi amor que no cabe en el espacio robé de vuestro palacio la más perfumada flor. Flor que llenó de flagancia la tierra donde pisó y que a la par me infundió el valor y la constancia. Vos la quereis poseer aunque no sois de su agrado y el dia menos pensado me la habeis vuelto a prender; pero yo, pese a mi estrella, ya que teneis tanta lacha, vengo a buscar la muchacha y vuestra vida con ella. Por eso me veis aquí abandonando mis guerras llegado de luengas tierras.

D. PEDRO: Y ¿qué me explixais a mi?

D. JUAN: (enfadado) O Violante o la vida.

D. PEDRO: Es inútil que finjais; ya se que vos la guardais si no la habeis dado a dida: pero, no os vale la trama que me habeis querido urdir porque aquí vais a morir o me devolveis la dama.

D. JUAN: ¡ Menguado ! (furioso).

D. PEDRO: (encara muy) Mal caballero! robador de señoritas.

D. JUAN: (traendo el sable) Mas obras y menos citas. ¡ Guardad! (se pone en facha).

D. PEDRO: (idem que el otro) En guardia os espero. (se van desafiando y diciendo las cosas).

D. JUAN: Nunca mejor ocasión para matar a un cobarde.

D. PEDRO: Mi pecho en venganza arde..... (Don Diego que ya iba traendo la cabesa por entremendio del tapito, todo espantado de ver que ya se barajan de bueno de bueno, acaba de salir a marramios y dice).

D. DIEGO: ¡Ha!.

D. PEDRO: (esberado) ¡ Me ha vendido! (l'hi cae el sabre).

D. JUAN: (idem y también idem de caer el arma blanca) ¡Traición! (Don Diego se acuesta poco a poco y se mete entremedio como aquel que quiere despartirlos).

D. DIEGO: No tengan ustedes medio.

D. JUAN: ¿Quien sois? (deleroso).

D. PEDRO: ¿Do vais?

D: JUAN: ¿Qué quereis?

D. DIEGO: Impedir que os mateis con pacífico remedio.

D. PEDRO: No será mientras yo viva; que aquí mismo moriré o más bien abatiré del Conde la furia altiva.

D. JUAN: (fumiéndose) Aunque quereis parecer al señor Gusmán el Bueno teneis la voz de sereno y no lo sabeis hacer.

D. PEDRO: ¡Ho furor! (quiere arrecoger la espada y Don Diego no lo quiere).

D. DIEGO: ¡Basta de motes! y ya que lo habeis querido os dejo aquí sin sentido como dos estaquirotes. (hace acciones deprisa de encantador y los dos se van quedando adormidos con tremolines hasta que caen arrendidos en los acientos). porque sé de brujerías y sabet que habeis entrado en el Castillo encantado del Rey de las Doberias. (se acaban de encantar; pausita mientras se los mira con muy silencio). Solo así es como se trunca la soberbia, así se ven aquells que son de Jaén y los que no muellan nunca. (pausa y reflexión dramática). La dicha que yo buscaba sin esperanza y sin fé al último la encuentré cuando menos lo pensaba. (Mira a los dos, va al Conde y comienza de hacer manotadas para desencatar) Mano mano...... que Don Juan vuelva en sí de su letargo, por lo corto (así -- a la barriga) por lo largo (así | d'arriba a abajo) pel radere i pel devant. (D. Juan comienza a revivarse y dice fregándose los ojos con los puños).

D. JUAN: ¿En donde estoy?

D. DIEGO: Ya lo veis, estais en las Doberias.

D. JUAN: No me digais tonterías (no lo quiere creer).

D. DIEGO: Despejaos y lo vereis.

D. JUAN: (Viendo que si) Es verdad, pero me exalto y no comprendo el motivo......(el que ve a D. Pedro). ¡Ha! el de Fraga ¡y está vivo! (le va agarrar) mala reira de....(D. Diego lo detura).

D. DIEGO: ¡Alto! No volvemos a empezar que ya hem tingut prou musica.

D. JUAN: Pero.....

D. DIEGO: Basta de palica; preparaos a marchar: ya daré al lance pendiente un arreglo muy sencillo. (Con imperio) Afuera de mi castillo que todo es mio.

D. JUAN: (si os place por fuerza) ¡Corriente! (se mete la espada y la capa y dice cap a Don Pedro). Al campo. Don Pedro voy y en la venganza que espero si de esta escapo y no muero habeis de saber quien soy. (se embosa y marcha a paso de guerrero).


ESCENA III

(Don Diego y Don Juan)


D. DIEGO: En esta fuerta ocasión que ante mi conciencia me halló no me hagas pata de gallo, no me faltes, corazón. (Va a D. Pedro y hace las mismas musicas que al Conde y D. Pedro también se va aixurubiendo) Por virtud que Dios m'ha dao y por la que ya tenia, de toda la malaltia ya estàs fuera de cuidado.

D. PEDRO: (Saliendo del letargo) ¿En donde estoy?

D. DIEGO: Ajaido encima de mi palacio. Mas levantaos despacio porque estais muy desvalido (le ajuda a levantar).

D. PEDRO: ¿Por qué estoy aquí? (estrañado).

D. DIEGO: Acordaos que tres menutos atrás......

D. PEDRO: ¡Ha! el Conde del Solerás.....(rabioso)

D. DIEGO: Calmaos, señor, calmaos.

D. PEDRO: Fuerza será (con pesiensia, resignesión y mancedumbre).

D. DIEGO: Y un instante prestadme vuestra atención para oir la relación de una historia interesante.

D. PEDRO: Ahora no estoy para historias.

D. DIEGO: Mirad, señor, que os atañe y el callar tal vez empañe el brillo de vuestras glorias.

D. PEDRO: ¿Tanto es ello?

D. DIEGO: Es la verdad.

D. PEDRO: Pues tanto empeño mostrais sea como vos querais, Ya os escucho.

D. DIEGO: Dispensat, que estais con vuestras desgracias y con disgustos tan grandes muy débil. (Busca una cilla y la ofrece a Don Pedro). Siéntate Hernandes que estarás cansado.

D. PEDRO: (se asienta) Gracias.

D. DIEGO: No hay de quien y va de cuento. (Poniendo otro tamborcillo a la vuera de D. Pedro).

D. PEDRO: ¿Será muy largo el sainete?

D. DIEGO: ¿Por qué?

D. PEDRO: Porque tengo siete y si es cosa de un momento me aguantaré.

D. DIEGO: El cuento es largo y es bueno estar preparado; tomad agua con bolado (lo va a buscar).

D. PEDRO: Agua sola......

D. DIEGO: Sin embargo. Si no ¿quereis rosegar un poco de chicolate?

D. PEDRO: Hombre, no, cual disparate. (D. Diego le entrega bolado y chicolate y agua). Siento mucho el molestar. (Se lo va jalando todo deprisa y después se tuerca los mostachos). Mil gracias. (Volviendo la vagilla).

D. DIEGO: (Deja las cosas) no las merece, (Y se asienta). Conque, vamos, por lo visto a escucharme estareis listo, ¿Puedo empezar?.

D. PEDRO: Si os parece.....

D. DIEGO: Pues señor; una vegada era un Rey viudo, varón muy valiente.

D. PEDRO: Es de cajón.

D. DIEGO: Al Rey le dió la humorada, por salir de la viudez y cuidar de un niño roso que tenia muy hermoso, de casar segunda vez con dama de grandes dotes que, no ostentando blasón, se casó con condición de que no habría esquellotes. Mas por razones de Estado que apoyó el pueblo fanático fué un enlace morganático que bien caro le ha costado. Todo fué bien hasta el día en que dió al mundo la esposa una niña muy hermosa llenándole de alegria. Hubo gran fiesta, banquete, corrieron toros y cañas, tritis, paella, cucañas y bailes de rechupete. Hubo más de tres mil platos, seis quintales de perniles y hasta los fiero-carriles metieron trenes baratos. Figuraos si fué extrema la fiesta y si acudió gente, que por postres solamente hubo tres carros de brema. Mas ¡Ay! que en tal ocación aquel Rey tan respetado fué torpemente engañado por una conspiración que en la Corte se fraguaba. Quien mal no hace mal no piensa y se entregó sin defensa al baldón que le amagaba! Se tenia que pasar el rio por ir al huerto y un dia ¡triste por cierto! hi fueron a berenar; y al llegar a medio puente.....tiran una barrinada que tenían preparada y brrrrroooom....se hunde de repente. (D. Pedro se conmueve y esgarrifa) ¿Qué teneis? (a D. Pedro).

D. PEDRO: ¡Ho! dispensat si vuestro triste relato me trae un recuerdo ingrato de los mios. Continuat.

D. DIEGO: En tan triste situación las olas arrebataron los niños y los llevaron cada cual por su cantón. El Rey, en su marcha incierta llevado por la corriente halló pié al dia siguiente en una isla decierta. Era de noche, a lo lejos vió una luz y en dirección a ella fué sin dilación guiado por sus reflejos. Llega pro fin a una casa, ¡Pom, Pom! - ¿Quien hay? - Un viajero -¿Que quiere?- Cenar primero, luego cama.....Abren y pasa. ¡Mala pasada! la estela le llevó en sus confusiones a una cueva de ladrones del famoso Juan Portela. <Cierrate Sésamo> dijo la voz, y él con frenesí: <Si no me'n tornes a aurí a la gatonera 'm pixo>. Pero nada ¡Sin remedio! haciéndoles el guisado le tuvieron encerrado más de tres años y medio; y el pobre Rey destronido al salir del calaboso estaba muy achacoso y muy cabesametido. Junto al Segre bramador fué un castillo su morada única prenda salvada del naufragio de su honor. Allí su primer cuidado fué pensar en su mujer y los niños, por saber si decás s'habian salvado. Mandó hacer con diligencia un gran pregó y deseguit mandó un anuncio a Madrit para la <Correspondencia> (diari de Madrid, ja desaparegut). Ancioso y desesperado no hay pesquisa que no agote y ¡hasta se jizo brujote! por leer en el pasado. Pero nada, no hay de quien; cuando hace un mes, poco más, supo que en el Solerás estaba su hija: furient y hendiendo ansioso el espacio llega allí, pregunta y ¡apa! la vé, l'hi echa la grapa y la lleva a su palacio. Así su dolor prolijo trocó un inmenso contento cuando sabe, hace un momento que ha recobrado a su hijo. Ya la historia que ofrecí contaros ha terminado Don Pedro, y cuento contado ya está acabado. (Se levanta jadeante)

D. PEDRO: (levantándose) Y ¿a mi qué me cuenta usté? no es tanto que el caso me haya asombrado.

D. DIEGO: ¡Oh! si, que el hijo encontrado Don Pedro, sois vos.

D. PEDRO: (estupeflauto) ¡Dios santo! mi corazón lo sintió: pero decidme al instante ¿mi hermana? (con ansiedat)

D. DIEGO: (con emoción) Doña Violante.

D. PEDRO: ¡Cielos! ¿Y mi padre? (deprisa).

D. DIEGO: (no se ve la hora de decirlo) ¡Yo! (Don Pedro se tira al pescuezo de su padre y se unen en abrazo paternal y filial como los tritis del siñó Tito, e.p.d.).

D. PEDRO: ¡¡¡Padre mio!!!

D. DIEGO: ¡¡¡Higo del alma!!! (se están agarrados mientras D. Diego dice) Gracias, Dios mio, que al menos luciran dias serenos para mi perdida calma.

D. PEDRO: (se desembrasa) Conque ¿Soy de la familia?

D. DIEGO: No lo puedes negar pas, tienes esa piga al nas com la chica y la Cecilia.

D. PEDRO: ¿Quien es Cecilia?

D. DIEGO: ¡Ti madre! (lore)

D. PEDRO: Dispensat, no lo sabia, como no la conocia lo mismo como a mi padre.....Llevadme a do está mi hermana, que aunque en amoroso fuego tuvimos un tripijujuego no pasó de cosa vana.

D. DIEGO: Ya no cale que vaigamos (mirando dentro) que aquí viene.

D. PEDRO: (también hilando) Si, esperemos.

D. DIEGO: Mejor que nos amaguemos y luego nos presentamos (se in por la esquierda).


ESCENA IV

(Doña Violante, después D: Diego y D. Pedro y algo Gutierres)


DOÑA VIOLANTE: (sale por la dré muy pensativa y llena de caborias) Hojas del arbol caidas juguete del viento son; las ilusiones perdidas ¡Ay! son hojas desprendidas ¡viva la constitución! Bella serás, ilusión, que es vivir de tu recuerdo del mundo la condición: em premio de una pasión si te he visto no me acuerdo. Vengo de un padre a buscar la caricia pura y tierna, única pasión eterna.......(busca y no ve a su padre) Salgat si quereis salgar, sino la chica se 'n tuerna. ( salen D. Diego y D. Pedro, Doña Violante se espanta un poco de ver D. Pedro y queda suspendida)

D. DIEGO: Vátenos aquí pues.

D. VIOLANTE: (arreculando) ¡Oh....!

D. DIEGO: No l'hi temas, es tu hermano, ya l'hi puedes dar la mano.

D. PEDRO: (a Violante) Ven a mis brazos (haciendo menasa).

D. VIOLANTE: (no queriendo aun encara todavia) Peró ¿no me quereis engañar?

D: DIEGO: Te basta que yo lo diga y a más ¿no l'hi ves la piga que no lo puede negar?

D. VIOLANTE: (viendo que si) Hermano, venme a abrazar. (lo hacen)

D. PEDRO:Abrázame muy, Violante, que desde hoy en adelante ya nos podemos tractar.

D. VIOLANTE: Me alegro de lo pasado y tu amor será mi espejo, que desde que te conejo yo siempre t'hay estimado.

D. DIEGO: Hijos, si el dolor fué harto curado está. (sale Gutierres con un naipe)

GUTIERRES: Señor.

D. DIEGO: ¿Qué?

GUTIERRES: Una carta para usté (l'hi da) que trae el cartero. El cuarto se lo hay quedado a deber.

D. DIEGO: Bueno, ya lo pagaremos, que gracias a Dios tenemos para poder responder. (Abre la carta y se queda mico) ¡Cielos! la mente se niega a creer milagro tanto. ¡¡De vuestra madre!!

D. PEDRO: ¡¡Dios santo!!

D. VIOLANTE: (con las manos plegadas) ¡Señor! para el que te ruega nunca faltan tus socorros.

D. PEDRO: ¿Quien nuestra dicha describe?

GUTIERRES: Conque ¿la señora vive?

D. DIEGO: (cremado) Si no callas t'unflo 'ls morros. (a D. Pedro dándole el naipe) Léala tú, hijo querido sin dejarte ni un atcetra.

D: PEDRO: (rechazando el papel) No cale, no sé de letra porque estoy muy conmovido.

D. DIEGO: La leeré en alta vos y la aprenderás de cuero (legisla) Torrelameu, seis de Enero de min cincocientos dos. Querido esposo: sabrás que todos buenos estamos cual para ti deseamos a Dios gracias. Además sabrás que no hi veo gota, que entre la gente de casa hi ha habido un istil de pasa y hay tenido la pigota; mas esto no será nada que pronto me curaré, solamiente quedaré algun poquito grabada; (se detura un segundito) pero a mi no me amohina por esto, de todos modos como yo ya hay hecho a todos igual me es trigo que harina. Sabrás que tengo además una vida muy rebuena porque estoy de mayorduena con el rector, y sabrás que demá a punta de dia pienso ponerme en camino para unirme a tu destino -¡ey! si es que trobo aberia- Me saldrás a recibir hasta los Mormuradores y se me harán los honores que una reina ha de exigir. Me dispensarás la letra, luego mi historia sabrás Adios, no te digo mas por no cansarte y atcetra. Expresiones al Gutierrea, un mimo a la gata nana.

GUTIERRES: Ayer se morió de gana.

D. DIEGO: a todos los que tu quieres (este verso aseñalado lo dise con rabia a tajo de reñar al Gutierres. Como Salvini en Otello, una comparansa) y demás de la familia. No soy más molestadora: te asegura servidora que muy te quiere -Cecilia. Postdata -Con mucho anhelo te ruego que no te apenes por la muerte de los nenes, que estan mejor en el Cielo. (están todos ploramicando y dice D. Diego aparte) ¡Oh! dia morrocotudo que vales por más de ciento.....Yo que estaba tan contento porque me creia viudo!

D. VIOLANTE: ¡Madre mia! que placer cuando llegues al palacio¡

D. PEDRO: Las horas marchan despacio por poderte conocer.

GUTIERRES: Ya a mis ojos, sin enojos una lágrima se eleva. (enternecido)

D. DIEGO: (a Gutierres) Habrás pelado una seba y te has tocado los ojos, (a Violante) Pero hija, tú no ves con la emoción de estos lances que es preciso que descanses. Vé, ya volverás después. (a Gutierres) Oye, la acompañarás, luego sales y buscando mira por Plasa-Fernando si ves al del Solerás. (Violante se vuelve colorada).

GUTIERRES: Está bien. (marchan Violante y Gutierres)


ESCENA V

(Don Diego y Don Pedro)


D. DIEGO: (se van asentando los dos) Por desenlace de vuestras fuertes costiones ya que tienen relaciones lo mejor es que los case.

D. PEDRO: Es muy buena proporción y 'l Conde l'hi cae en gracia.

D. DIEGO: Pero di, de la desgracia ¿Como fué tu salvación?

D. PEDRO: Muy sencillo: en los horrores, la corriente y las bullangas me emboliqué en unas mangas de unos pobres pescadores. Cuando sacaron el peje un pesquedor va y me estira, me trae fuera, me mira y dice que me coneje. Buscan un carro trunfal con doce pares de bueyes y como cumple a los reyes me entran en la capital. Todos me besan la mano, los indigenas me aclaman hasta que al fin me proclaman por su Rey y soberano. Desde entonces, absoluta mi autoridad siempre ha sido y jamás hemos tenido la más mínima disputa. Los de Fraga son testigos de mi ejemplo y mi prudencia, que además de mi incumbencia hago negocio con higos. Y si aquí me veis, señor, a vuestra luz no se esconde que vine huyendo del Conde tras amagatall mejor.

D. DIEGO: Me place, a fé, que tal haga y que en mi defensa arguya aquel que me sustituya; Pedro primero de Fraga.

D. PEDRO: Y ¿como de aquella intriga salió Violante con bien?

D. DIEGO: Pues la pescaron también.

D. PEDRO: ¿con las mangas?

D. D. DIEGO: No: con figa.

D. PEDRO: Pues nuestra suerte no es poca; y a mamá ¿quien la pescó?

D. DIEGO: No lo se, mas a ser yo le habria tirado croca (llaman a la puerta) lamen; quedat un instante que voy a ver quien será (va cap a la puerta).

D. JUAN: (drento) Ah de la casa.

D. DIEGO: Voy ¿quien va?

D. JUAN: ¿Puedo pasar?

D. DIEGO: Adelante.

ESCENA VI

(D. Diego, D. Pedro, D. Juan y despres Gutierres) (al dentrar D. Juan se da de D. Pedro y se le quiere abraonar)


D. JUAN: ¡Traidor! (D. Diego le para trevilla y D. Juan cae de narises)

D. PEDRO: (amparando a D. Juan) Oh¡ no lo merece (le ayuda a levantar y está un poco crugido)

D. JUAN: Me habeis parado travilla y m' hay roto una costilla: -es decir, me lo aparece- (se paupa y nadie lo ha visto)

D. DIEGO: Así ¡fuerte! masa poco. Cada vez que seais bravo os haré plegar el chavo: ¡ya os daré yo el ser tan loco!

D. JUAN: ¿Para qué me habeis llamado?

D. DIEGO: Para ser amigo de este (señalando a D. Pedro)

D. JUAN: ¿De Don Pedro? ¡mala peste!....

D. DIEGO: Mira que hi habrá estufado...

D. PEDRO: Don Juan, aquí está mi mano (la alarga al Conde pero él no la prende)

D. DIEGO: Vamos Don Juan, ya hay bastante; soy el padre de Violante como Don Pedro es su hermano.

D. JUAN: ¿Que me quereis hacer ver San Cristòfol nano?

D. DIEGO: No. Esto os lo aseguro yo Don Juan, lo podeis creer.

D. JUAN: (convencido) Si al fragatín soberano tuve guerra declarada al hermano de mi amada doy mi amistad... y mi mano (se la dan).

D. DIEGO: Bien¡

D. PEDRO: Si contra vos mi brazo se levantó fiero y duro a mi cuñado futuro estrecho en cordial abrazo. (lo abrasa).

D. JUAN: ¿Esto más?

D. DIEGO: Lo quiero yo. Mas antes de esta cuestión brindemos por nuestra unión. (gritando dentro) ¡ Gutierres ! Porta 'l porró¡

GUTIERRES:(dentro) Voy, señor.

D. JUAN: ¿ Y podrá ser que asistais al matrimonio estando dado al demonio?

D. DIEGO: Antes me lo haré traer.


ESCENA VII

(D. Diego, D. Pedro,D. Juan y Gutierres)

(sale Gutierres que viene cantando de dentro)


GUTIERRES: (presentando el porrón) Aquí está 'l mam.

D. DIEGO: (toma y mira el porrón) Si, la moma, parece que n'has bebido.

GUTIERRES: No señor, que no ha sentido que cantaba una redoma?

D. DIEGO: Ya cantarás, señor majo, si te vuelve a suceder la saragata de ayer que estabas medio borrajo. ¡ Vamos! (presentado el porrón)

D. PEDRO: (excusándose) Don Juan.......

D. JUAN: (a Don Diego) Por favor.....vos que sois de más edat.

D. DIEGO: Bien, pero disimulat si no soy gran orador. (brinda) <<encima.......de un mun de lleña..... que l'asclan con un tacon.....yo brindo por nuestra unión y.....no m' entiendo de feña>> (bebe).

GUTIERRES: Que se repita (palmeteo general D. Diego da el porrón a D. Pedro mientras se limpia).

D. PEDRO: (tomándolo) ¡ Ahora yo? Vamos allá. <<A la salut del arreglo que hem tingut y al móvil que lo causó. Por todos los del treato, porque muy pronto se haga otra vez lo pont de Fraga y que dure mucho rato>> (trago y palmeteo)

D. JUAN: ¡Bien!

GUTIERRES: ¡Salao!

D. DIEGO: (a Gutierres) ¿Que te'n rises? Si te 'n rises otra ves te voy a dar un rabés que te rompo las narises.

GUTIERRES: (aparte) Quin genio!

D. JUAN: (toma el sancristo) Ahora me toca, pero soy de un parecer que no me sabré traer las palabras de la boca. (brinda) <<Brindo! y al brindar me rindo; mas no me rinde el brindar sino el brindar sin brillar, que no brillo, cuando brindo. Si mi brindis es brillante no es que brille por mi brillo, brilla, porque el brillo trillo para brindar por Violante>> (trago y palmeteo)

D. DIEGO: Barba, noy! ne sabes muy.

D. JUAN: Parece bueno......(por el vino, dándole el porrón a Don Diego)

D. DIEGO: Yo 't foll ya lo creo, és de câ'l Choll que han ponido ram avui. (a Gutierres) Y tú, Gutierres ¿no bebes?

GUTIERRES: Por mi no lo tastaria pero besta la alegria.....

D. DIEGO: Vamos a ver si te atreves. ( l'hi da el porrón)

GUTIERRES: ¿Con brindis?

D. DIEGO: Vaya! también.

GUTIERRES: Ay, ay, ay, quina trageida....(gratándose la cabeza, rumia) <<Brindo perque soc de Lleida i llanso 'l rampill>> (trago con xirrit)

TODOS: ¡ Muy bien! (Gutierres deza el porrón)

D. DIEGO: (a Juan) Hora es ya que os presentemos a nuestra hermosa Violante. Id, hijo mio, al instante traedla.

D. PEDRO: Al punto volvemos (seba)


ESCENA VIII

(D. Diego, D. Juan y dempres Gutierres)


D. JUAN: Tengo con desasosiego todo mi ánimo embargado.

D. DIEGO: Y eso, que no habeis pagado la contribución ?

D. JUAN: Don Diego..... quiero decir que no sé lo que me pasa al pensar que me tengo que casar con la que tanto adoré. Tan cierto como lo digo temo, al anciado momento de nuestro presentamiento que las piernas me harán higo. A vos puede ser asombre mi apocamiento.

D.DIEGO: Valor! que en las batallas de amor es donde se templa el hombre.

GUTIERRES: (a la puerta) ¿Da ustet su premiso?

D: DIEGO: Alante.

GUTIERRES: Vuestra real magestad (dentrando) me dispensará.......

D: DIEGO: Apeat el tratamiento, tunante. No sabes por los anforros la ley del buen escudero que enseña que un Rey sobrero no ha de estar para pitorros. Pero tú, hablando de ley, como no has ido a la escuela te 'n fumes de la viruela.

GUTIERRES: Siento muy que os sepa grey la voluntat que os profeso.....

D. DIEGO: Siempre haces aguas menores fuera del tiesto.

D. JUAN: Señores, no se baragen por eso; que mientras yo esté en el mundo y me las pueda campar Don Diego podrá gritar <<Aun hay patria, moribundo>> (Don Diego apreta con infución ka mano de D. Pedro mientras dice Gutierres).

GUTIERRES: ¡Bien! (con todo el corason).

D. DIEGO: (enfadado a Gutierres) Ma niño, que res tierno! No exciste en toda la esfera presona mas charretera.

D. JUAN: Mira que irás al infierno (reñando un poquito a Gutierres) y perdón no ancuentrarás de enfadar a un soberano. Vamos, bésali la mano (Gutierres besa humildemente la mano a su señor y dice D. Juan para acabar de ser amigos) Padro Pablo estais en pas.

GUTIERRES: (todo mocho) Si hay hecho una cosa tuerta pido perdon.

D. JUAN: Así pues no eres malo.

D. DIEGO: ¿sabeis que es? un bendito de la espuerta. En fin, cual romansa traes? (a Gutierres)

GUTIERRES: Saber qué haré por cenar.

D. DIEGO: Si no habemos de pasar con chuflas y con que-caes puedes hacer un pillastre con birginia, bien guisado.

GUTIERRES: Y por puestros?

D. Diego: (rumia un poquito)....Membrillado. Además, para hacer lastre, mercarás medio jamón -aquí tienes este nabo- (le da) y amanecerás un rabo que no cuezca.

GUTIERRES: Bueno: y son Don Pedro y el señor Conde los dos a cenar aquí?

D. DIEGO: Vaya una pregunta! Si. Qué te hacías cuenta y ¿donde?

D. JUAN: Yo no.... (haciendo cumplimientos)

D. DIEGO: Nada, no hay tu tia. Qué os parece del cenar?

D. JUAN: Que ya podremos andar detrás de una Eucaristía.

D. DIEGO: (a Gutierres) Mira, con un arañazo limpia el salón, que la niña vendrá y es fácil te riña si está bruto (a D. Juan) No hago caso, desde que me han destronado (Gutierres va enderezando deprisa) de nada, si por etzar me volviesen a tronar todo estaría arreglado......

D. JUAN: Paciencia.

D. DIEGO: (mirando) Tardan bastabte los chicos.

D. JUAN: Tiene rason; trip-trap me hace el corason pensando en Doña VIlante.

D. DIEGO: Espero la hareis dichosa si ha de estar a vuestro lado.

D. JUAN: Oh! si, no perdais cuidado.

D. DIEGO: Aquí viene ya. (hilando dentro)

D. JUAN: (también) ¡Qué hermosa! (D. Juan se aparia l'uniforme y los pelos. D. Diego pasea)


ESCENA IX

( D. Diego, D. Pedro, D. Juan, Dª Violante, mudada y Gutierres)


D. PEDRO: (trae Dª Violante a la mano y dice a D. Juan) Este ramo te presiento como grande maravilla; ya veis, me caso en Sevilla si podeis estar contento. (Dª Violante está mocha y avergoncida de ver a D. Juan)

D. JUAN: (quitandole la mano) Doñá Violante, mi bien, (amorozo) vida y fuente de mi amor, consuelo de mi dolor, flor preciada del Eden, dignaos por Dios, mirarme.....(Dª Violante cae desmanyada en los brazos de D. Juan. Amoino general)

D. DIEGO: ¿Que tiene? (esparverado)

D. JUAN: (idem) Ha caido en buesca solamiente de escucharme.

D. PEDRO: Hermana mía querida vuelve con tú, no te mueras.

D. DIEGO: Traedme las vinagreras, esto se pasa enseguida. (Gutierres las va a buscar de pedo)

D. JUAN: (pulsándola) Quitadle el polvo, Don Diego, porque estoy que he reparado que lo tiene esbalotado.

D. DIEGO: (pulsando) ¿A ver?.....¡Redeu! ni un gallego! Venga el vinagre corriendo! (Gutierres lo trae y D. Diego le unta los polvos y el naris) Con un poquito de untura ya vereis como se cura.

VIOLANTE: ¡Hay! (dando señales de vida)

D: PEDRO: Ya se va revolviendo.

VIOLANTE: ¿En donde estoy? (pasándose la mano por el frente).

D. JUAN: En mis brasos presa en las redes de Amor.

VIOLANTE: Ay, que sueño tan mejor que hay tenido.

D. DIEGO: En estos casos siempre se suele soñar. Pero sentaos, querida, para evitar recaida es preciso descansar. (meten el sofá adelante y la acientan) Ya está fuera de cuidado. (Pulsándola) Nosotros nos marcharemos un ratito y volveremos cuando os haigais esplicado. Adios, hija hasta dempues (le hace un petón al frente). Don Juan.....¡ojo! (la da la mano).

D. JUAN: Descuidat.

D. DIEGO: Y si acaso hay novedat avisar.

D. JUAN: Es claro ¿y pues?

D. PEDRO: Adios, hermana, hasta luego. (Abrasada)

VIOLANTE: No trigueis mucho en volver.

D. PEDRO: Conde, adios. (se dan la mano)

D. JUAN: Hasta más ver.

D. DIEGO: (aparte a Gutierres) Quédate y....no seas ciego. (Se in Diego y Pedro)


ESCENA X

(D.ª Violante, D. Juan y Gutierres)

(D.ª Violante,al sofa mirando a tierra, D. Juan la contempla, Gutierres al fondo haciendo el ornio)


D. JUAN: ¿Ni una mirada, Violante, mi amor tiene en recompensa?

VIOLANTE: si, pero me'n doy vergüensa, porque hi hay este delante. (Pol Gutierres)

D. JUAN: ¿Si? pues mira, de repente verás como se las guilla; si no hay cosa más sencilla..... ¡Gutierres! aquí.

GUTIERRES: (acudiendo) ¡Presente!

D. JUAN: ¿Me quieres ir a comprar una cajetilla?

GUTIERRES: Al punto. (se va, se repiensa y vuelve) Ah¡......

D. JUAN: ¿Eh? (girándose cap a Gutierres)

GUTIERRES: (fregando el pulgar y el índice como diciendo calés) Y..........

D. JUAN: (arrupiendo la espalda como aquel que no tiene) Oh¡....

GUTIERRES: U.........pregunto perque no'm querrán fiar,

D. JUAN: Por divertisión he estao jugando a la barrotada con unos de la posada y m'han dejao palao.

GUTIERRES: (mirando a Violante) Potsé'n tiene la siñora....(D.ª Violante hace manasa de traer cuartos de la bugeca).

D. JUAN: No¡ de ninguna manera¡ Al corral hay la somera, (resoluto) dejásela por piñora.

GUTIERRES: Barata la vais a dar......

VIOLANTE: Si mi haciende ha de ser tiya.....(por convencer)

D. JUAN: Si la somera no es miya ....(escarniendo) ya se la puede quedar.

GUTIERRES: Per set cuartos más o menos yo'ls hi pondré, prou rasones (marchando).

D. JUAN: Ves-hi a los cuatro cantones que allí dan cigarros buenos. (Se quedan todos solos, D.ª Violante mira a tierra y juga con la escarcela. D. Juan se asienta al sofá con la puntilla del tresero y l'hi agarra la mano).


ESCENA XI

(D.ª Violante, D. Juan)


D. JUAN: ¿No es verdad, ángel de amor, que aquí, del Segre a la orilla, de nuestro amor la cerilla se enciende mucho mejor? ¿No es verdad que el aura fresca que en este oasi se siente besó tu arderosa frente y te ha pasado la buesca? Si es el amor de los dos nuestro pan de cada dia ¿no es verdad, gacela mia, que hay un tipo a fé de Dios? Dulce, dulcísimo rayo que a mi aliento vivifica, tu callar me mortifica; si no me quieres.......ni mayo¡ (D.ª Violante se va espavilando) Que en mi loco desvario, si he de perder tu amor bello me ligo un cantal al cuallo y'm tiro de cap al rio¡

VIOLANTE: (Con pación). ¡Ho Don Juan! tanto te adoro, tanto te adoro, Don Juan, que si fueras........a Tetan yo me pasaría al moro. Que no es mi firme entereza flexible como el bambú; ¡si no me casan con tú haré un golpe de cabeza! Si aquí el vibrar me recuerdas (el corason) al compás de tu pasión ¿qué es sin ti, mi corazón? un guitarrón sense cuerdas. No me atormentes mas ya con el filtro que en ti brilla. (fuego). No me jaga ozté cozquiya que me pongo colorá. (Exaltada). Tu amor a mi amor no cierres y en mi posión loca, ardiente, yo te daré hasta.......(en este momento histórico entra Gutierres. D. Juan se levanta deprisa y tapa la boca a Violante porque no acaba de decir)

D. JUAN: ¡Detiente! que ya ha tornado Gutierres. (Gutierres esbafega y no puede decir pio) (a Gutierres) Hombre, que poco has trigado en volver. (Toma la paquetilla de Gutierres)

GUTIERRES: Pues ya lo creo (torcándose el sudor) y por serviros me veo así tan fatigado. A mi se me funde el sebo cuando ando sin volar, no lo puedo remediar.

D. JUAN: Pues de propina te debo seis cuartos por buen gicote.

GUTIERRES: Y set tretze, no fumemos.

D. JUAN: Bueno, ya lo encontraremos cuando me entreguen el dote (Gutierres se asienta al fondo y se va adormiendo) (a Violante) Aunque estoy esgarrifado.

VIOLANTE: ¿De qué?

D. JUAN: Solo de pensar lo que ha podido pasar con tu hermano. De contado que a no saber lo sabido lo mato.

VIOLANTE: Hubiera escapado......

D. JUAN: ¡Ca! si había preparado una trampa, y perseguido, al ir a bajar la rampa ¡plaf! del autor de mi cuita n'habria hecho una truita.

VIOLANTE: (Con sonris) Si, pero una truita ab trampa.

D. JUAN: (Viendo que duerme Gutierres) Me com duerme l'escudero.

VIOLANTE: (Mira y se pone encarnada). Ay, si que tienes rason.

D. JUAN: (se vuelve a sentar). ¿M'amas? (concerza de namorados)

VIOLANTE: Si, de corason. Y tú ¿me quieres?

D: JUAN: Te quiero; pero no te quiero muyo porque me has caido a cuesta.

VIOLANTE: ¡Tonto! .....si lo hay hecho a puesta por estar acierca tuyo......

D. JUAN: Dolienta.....

VIOLANTE: Ne sabes muy tú de tener relaciones.

D. JUAN: Siempre estás para rasones y me quieres dar changuy. (Violante se gira deprisa de esquina haciendo la enfadada)¿Que tienes?

VIOLANTE: Estoy cremada.

D. JUAN. ¿Por qué?

VIOLANTE: Porque no t' estimo.

D. JUAN: Caramba, que miras primo, por una groma gastada.......Vamos, ya no lo haré más.

VIOLANTE: ¿Lo aprometes? (girándose cap a él)

D. JUAN: Si arrafé.

VIOLANTE: Pues para cuenta, porque tal harás tal trobarás. (D. Juan le toca el naris) No seas inquitioso (dándole un golpito en la mano). (D. Juan se gira haciendo l'enfadao) ¿Qué tienes?

D. JUAN: Estoy cremado.

VIOLANTE: Que pronto t' has enfadado......Si que estás malhumorado que a todo hi encuentras pielos. ¿No me quieres perdonar?

D. JUAN: (Se vuelve). Si, pero m' has d' estimar porque sino tengo cielos.

VIOLANTE: Yo lo hacia por reir......

D. JUAN: Está claro, y yo tambien ¿no sabes que tu desdien no lo puedo recestir? (Pausita. No saben que decir como los cortejadores y no mas se miran).

VIOLANTE: ¡Ha! queria preguntarte por tus papás.

D. JUAN: Que recibes racados.

VIOLANTE: Pues cuando escribes los hi tuernas de mi parte.

D. JUAN: Me escriben de una manera que me ha dao una malicia.....Mi padre es de la milicia.....y mi madre cantinera.

VIOLANTE: Serán, cuando nos casemos, ti madre, dama de honor y ti padre embajador d'introductores.

D. JUAN: Veremos. Ccambean de tono) Conque: hablando formalmente ¿cuando te quieres casar?

VIOLANTE: Digo, despues del bremar....

D. JUAN: Mejor será de repente.

VIOLANTE: Ey, per mi tan se me' n done ara con tot deseguida.

D. JUAN: Pues es cosa convenida si ti padre no se opone. (otro cambiaso)

VIOLANTE: Te quiero hacer un regalo pero aquí no puede ser porque lo podrían ver y esto sería muy malo.

D. JUAN: ¿Qué es?

VIOLANTE: Una flor. No hu escampes, que iré a los Campos demá si salgo con mi papá......

D. JUAN: Y me la puertas a' ls Campos.

VIOANTE: Si¡

D. JUAN: Corriente, ya hi seré.

VIOLANTE: La cogeré de amagado......tú haces el desemulado......y allí te la donaré. (se sienten pasos)

D. JUAN: (Ràpido). Son a la muy (frase chipicali -gitana- que vol dir <detin la llengua>, és a dir <calla> que ya vienen. (Se levanta deprisa y se cienta lejos y se queden los dos como si no haguieran rompido degun plato).


ESCENA XII

(Todos ellos)

(Salen D: Pedro y D. Diego)


D. DIEGO: Hola¡ y que diseparados que estais.

D. PEDRO: Los tienen bien educados siempre en su puesto estar suelen.

D. JUAN: Gracias, Don Pedro. (se dan la mano)

D. PEDRO: (Abrasando un poco Violante) ¿Y tú, hermana?

VIOLANTE: Algo débil todavía......

D. JUAN: Si de lejos parecía que estaba calamocana.

D. DIEGO: (Mirando que Gutierres duerme) ¿Que no veis a mi criado como está pesando higas? (enfadado). ¡Gutierres! (lo grita y lo remienda) ¡He! (Abre el ojo). Pero digas: ¡qué te habia yo mandado? (Gutierres se despierta avergoncido).

GUTIERRES: ¿El qué? que no fuese ciego....

D. DIEGO: Para cuidar de estos dos. (Señalando Juan y Violante). Si no es por cuentra de Dios....(Ladeando la cabesa) te culaba.

D. JUAN: En fin Don Diego, dejadle ya al pobre chico.

D. DIEGO: Es que tantas me n' harás que' m sube la mosca al nas: ahont va aquest cara de mico.

VIOLANTE: Papá, no seas tirano que bien nos guarda y respeta.

D. DIEGO: ¿Guardar? como una peseta a la puerta de un gitano. En fin: más vale callar porque sino......(a Violante) Y como va la cosa ¿estás buena ya?

VIOLANTE: No mucho; así......regular.

D. DIEGO: Eres una melindrosa (con mimo)(a Juan). Conque Don Juan ¿ya se ha hablado?

D. JUAN: Si

D. DIEGO: Y ¿estais determinado?

D. JUAN: Yo no deseo otra cosa.

D. DIEGO: (a Violante) ¿Y tú?

VIOLANTE: (arrupiendo la espalda) Eu¡......

D. DIEGO: Pues entendidos. En dos palabras no mas os diré lo que hace' l cas y quedamos convenidos. (Se sienta y invita)

D. JUAN: A mi todo me conviene.....

D. DIEGO: Sin embargo, hay ocasiones que hay que tractar las costiones.

D. JUAN: Bueno....(se sientan todos en consejo de femilia)

D. DIEGO: La chica no tiene, soy claro, per es honrada -mal m' esta'l diu- Sin embargo yo de todo me hago cargo: le daré casa parada y mil libras que confio que pronto l'hi entregaré; ahora las hi encararé en un pedazo que es mio. Ya sabeis que yo a la mosa la quiero y no hay que dicir que en la ropa de vestir habrá seis de cada cosa. Por lo demás -eso sí- si's puerta bien com l'hi tueca, yo sé lo que me pertueca y no's quejará de mi. Y .....Ya sabeis lo que pasa -que estos son ya tratos fijos- si quedais viudo sin hijos el dote tuerna a casa.

D. JUAN: ¡Me confronto!

VIOLANTE: ¿Si? oh¡ que dicha.

D. JUAN: No cale que hablemos más; y aquel que se'n vuelva atrás cuatro duros de desdicha.

D. DIEGO: Pues a ponerlos! (metiendo mano a la bugeca).

D. JUAN: No cale; porque yo me'n tengo a menos. ¡Vaya uns guerreros de truenos! pues y el honor ¿que no vale?

D. PEDRO: (a Juan) Hablais como una presona carregada de rason.

D. DIEGO: Esto era una opinión. ¿No vale? pues se abendona.

D. PEDRO: Nada, el trato está cerrado si todos hi vien bien.

D. JUAN: Yo si.

VIOLANTE: Y yo.

GUTIERRES: Y yo también.

D. DIEGO: (a Gutierres con enfado). Y quien te lo ha preguntado? (a los otros). Mañana veré al rector para hacer las diligencias. (a Pedro) Vos dad cuenta a las potencias por medio de embajador. (Se alzan). (a D. Pedro y D. Juan) Debo creer caballeros, que este deseado enlace vuestros rencores deshace y sois amigos sinceros. Por nuestra mutua pujanza -si en algo vale el consajo de un hombre que es gato viejo- guardaremos nuestra alianza ya que la suerte lo quiso.

D. PEDRO: Juro por mi honor. (Alargando el brazo)

D. JUAN: (Id. cruzando el brazo con Pedro) Lo juro.

D. DIEGO: (Poniendo la mano encima de los dos). Que Dios confuenga al perjuro si algun falta al compromiso.

D: PEDRO: Por la unión son mis castillos; mis tropas de mar y tierra; cuatro tramadas de guerra u cincuenta miguelillos.

D: JUAN: Yo aprestaré mis legiones u el que a nuestra unión atente verá el empuje potente de mis fieros escuadrones; que escogidos como están de la flor de la canela, cada hombre es un Bichuela, todos aluera un volcán.

D. DIEGO: (Tirándose por alante) Diu que la giente valiente y el buen vin pronto se acaben pero' ls que hu diuen no' hu saben, yo pienso muy diferiente. Fuerza será que se note nuestro valor y arrogancia, pues si tenemos constancia n'haremos mas que Macote.

Y al mundo imponiendo leyes -aunque sean de l'ambut- desde el Puente hast'l Garrut se hablará de los tres Reyes.


CAYE EL TALÓN




" TERMINÓSE DE IMPRIMIR ESTE LIBRO BAJO LOS AUSPICIOS DEL "CALIU ILERDENC", EN LOS TALLERES TIPOGRÁFICOS ARTES GRÁFICAS ILERDA, DE P. GUIMET, EL DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES, 28 DE DICIEMBRE DEL AÑO 1948, LXXIII ANIVERSARIO DEL ESTRENO DE LA OBRA EN EL TEATRO PRINCIPAL DE LA CIUDAD DE LÉRIDA."